ÉL
LADY LÓPEZ ZEPEDA
Entra. Cruza por el
largo pasillo. Hace calor en la cafetería. Sus manos como esporas. El susurro
de la multitud. Su voz en mi oído. Distantes. El silencio, nuestros silencios.
Sus ojos incandescentes. Bosteza. Descubro sus dientes. No lo conozco.
Fragmentos. Imágenes. Su piel en la mía. Escucho el ruido de los cubiertos. El
mesero pregunta qué voy a ordenar. Afuera llueve. Toma café. Sonríe. Desvío la
vista. Lo miro de nuevo. Lee el periódico. Sudo.
//Desnudo mi
cuerpo.//Nos tendemos al piso.//Huele a grano, incienso y mirra.//Echo la
cabeza hacia atrás mientras su lengua recorre mi piel.//Olores.//Elevo mi
pubis.//Lo atraigo hacia mí.//Saborea mi vulva.//Goteamos.//No es
Manuel.//Respiramos lento, profundo. //Mordisquea mis pezones.//
Sorbe un trago de café
y otro más. Me regala una sonrisa. Ordena la cuenta. Saca unos billetes de la
cartera. Se despide de su compañía. Cruzamos miradas. Sonríe otra vez. Rubores.
Se pierde tras el umbral. Me invade la soledad. Tiemblo. Frío. Mis ojos se nublan.
Falta aire. Hace calor. Vacío.
TRAS
EL FRÍO CRISTAL
Desde hace más un año,
Agustín y Mónica se reúnen todos los viernes a las nueve de la noche. El
encuentro ocurre en el mismo lugar, donde objetos y cosas permanecen estáticos
como para no descomponer el tiempo. El humo del cigarro, las luces tenues, el
vino y la pasión, son ingredientes que hacen de la atmósfera algo peculiar y
que semejan un gran burdel.
Al encontrarse en sus
soledades se miran con sus ojos de cristal y se suceden en palabras.
Mónica luce su boca
carmesí, un escote profundo, el vestido ceñido a la piel que deja poco a la
imaginación y unas sandalias que forman parte de sus fetiches. Su actitud de femme fatal hipnotiza a Agustín, quien
la encuentra más altiva e impúdica que de costumbre.
Ese día, sin preámbulo,
Agustín toma los muslos de Mónica y juguetonamente introduce los dedos entre
sus bragas. Después de un gemido y al saberse húmeda, Mónica se desprende de
sus ropas, muestra su hendidura y el silencio de sus labios: los otros, los
ocultos.
Desde su silla, Agustín
la mira con lujuria al vaivén de sus caderas. El espectáculo cobra vida en
formas, colores, logotipos y ritmos. Mónica explora su cuerpo, deletrea uno a
uno sus deseos mientras abre sus piernas, frota su clítoris, devora sus dedos,
palpa sus nalgas y pechos.
Agustín recorre la piel
de Mónica con vocablos, muestra la potencia de su erección e intercambian
señales, fluidos, sudores. Consagran el instante y la plenitud sostenida en el
vacío.
Es todavía de noche,
todo transcurre en silencio mientras se habitan como rictus de sombras. El
mundo queda suspendido en el espasmo. Agua y piel: amarras de misterio. Entre
sábanas sus nombres.
Al sentir la crudeza de
sus pieles tras el frío cristal, Mónica rompe en llanto y al apagar su PC
precipita su caída al abismo.
Lady López Zepeda
(poeta y novelista). Mexicana, nacida en la Ciudad de México en 1956. Ha
publicado poesía en las revistas virtuales y otras. Es moderadora del grupo
literario El Fausto y participa
activamente en diversos foros literarios. Forma parte de la Asociación Poetas del Mundo y de la Sane Society y pertenece al grupo editor
de la revista virtual Palabras Diversas.
Recibió mención de honor por los poemas Después
de la siembra y Tierra de nadie
en el Certamen Internacional de Poesía y
Cuento Mis escritos en sus versiones 2004 y 2005 y finalista con el relato El Preámbulo en el Primer Certamen de Relatos Breves El País Literario de la revista
virtual del mismo nombre y publicado en el libro Novísimos.
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